El informe recalca que las entidades responsables deberían evaluar e implementar una gama amplia de LMT, capaces de operar eficazmente tanto en condiciones normales como en escenarios de estrés y, en todo momento, alineadas con la normativa local. Se diferencia entre dos grandes tipos de herramientas:
- Herramientas antidilutivas, cuyo objetivo es garantizar que los costes asociados a subscripciones y reembolsos sean asumidos equitativamente por los partícipes que efectúan estas operaciones, incluyendo cualquier impacto significativo en el mercado derivado de movimientos de cartera necesarios para atender sus solicitudes de rembolso. Así se mitiga la dilución significativa de los inversores y se evitan incentivos que premien al primero en salir, derivados de desequilibrios estructurales de liquidez en fondos abiertos.
- Herramientas basadas en cantidades, que permiten limitar o escalonar los reembolsos durante periodos de tensión de liquidez.
Se fomenta el uso de herramientas antidilutivas como el ajuste al valor liquidativo (swing pricing)³ y el valor liquidativo para subscripciones/valor liquidativo para reembolsos (dual pricing)⁴, especialmente en fondos con activos menos líquidos, mientras que las herramientas basadas en cantidades—como suspensiones, ventanas de reembolso y ampliación de plazos de preaviso o liquidación—deberían considerarse como elementos de protección fundamentales, pero aplicarse siempre de forma selectiva y no sustituir otras medidas preventivas.
Asimismo, se señalan otras alternativas como los side pockets⁵, reembolsos en especie⁶ y soft closures⁷, resaltando que la selección y uso de estas medidas debería adecuarse a las características del fondo y el perfil de sus partícipes.
En relación con la operativa diaria, se exige a los gestores realizar evaluaciones periódicas y exhaustivas del perfil de liquidez de la cartera, utilizando tanto análisis cuantitativos como cualitativos para captar factores como la profundidad de mercado, el plazo para desinversión, la certidumbre de la valoración de los activos, así como los potenciales impactos en los precios, tanto en entornos normales como tensionados. Las consideraciones de liquidez deberían integrarse proactivamente en las decisiones de inversión, garantizando que nuevas exposiciones o estrategias no deterioren la capacidad de la IIC para hacer frente a sus compromisos y obligaciones de reembolso. Una LRM efectiva se basa en la detección temprana de vulnerabilidades emergentes, exigiendo procesos calibrados para identificar potenciales señales de escasez de liquidez antes de que se materialicen.
La solidez de una buena LRM se basa en el uso exhaustivo de datos internos y externos: flujos de fondos, perfil de inversores y patrones de reembolso, obligaciones pendientes, así como límites operativos. Conocer la base de inversores—idealmente obteniendo datos de intermediarios y monitorizando grandes posiciones—facilita anticipar y planificar posibles episodios de reembolsos y salidas elevados, garantizando la equidad y trato consistente a todos los partícipes, especialmente en situaciones de estrés. Igualmente, debería garantizarse una comunicación adecuada y oportuna con inversores y autoridades al activar o modificar cualquier LMT u otras medidas extraordinarias.
Con respecto a la importancia de los tests de estrés, IOSCO recomienda evaluaciones periódicas de liquidez que simulen una variedad de escenarios y evalúen la resiliencia de las IIC así como su capacidad para afrontar compromisos en condiciones adversas del mercado. Estas pruebas deberían ajustarse a la dimensión, complejidad y estrategia de la IIC, contemplando niveles realistas de reembolso y factores como el plazo de liquidación de activos, el comportamiento de las contrapartes y la interdependencia con otros fondos y participantes de mercado. Los resultados de los tests de estrés son esenciales a lo largo de todo el ciclo de vida de las IIC, desde su diseño hasta la gestión de su cartera ordinaria, facilitando la calibración informada de los colchones de liquidez, los límites de inversión y los planes de contingencia.
³ Se refiere a un proceso para ajustar el valor liquidativo de un fondo (normalmente calculado a precio medio) mediante la aplicación de un factor de oscilación que refleja el coste de liquidez derivado de las suscripciones o reembolsos netos. Todos los inversores pagan o reciben el mismo precio oscilado.
⁴ Se refiere al cálculo de dos valores liquidativos (VL) por punto de valoración. Una forma de implementarlo consiste en calcular un VL que incorpore los precios de venta de los activos y otro que incorpore los precios de compra de los activos. Los inversores suscriptores pagan el VL calculado con los precios de venta de los activos; los inversores que reembolsan reciben el VL calculado con los precios de compra de los activos. Otra forma de implementarlo consiste en establecer un diferencial ajustable en torno al VL del fondo, con un precio de compra al que el fondo reembolsa las acciones y un precio de oferta al que el fondo emite nuevas acciones. La diferencia entre estos dos precios se conoce como diferencial, según lo estimado por la entidad responsable, y podría ser dinámico para reflejar los costes de liquidez en las condiciones imperantes del mercado.
⁵ Se refiere a un mecanismo mediante el cual un gestor segrega activos específicos (por ejemplo, activos con problemas de valoración o incertidumbre legal) de la cartera general del fondo. Los inversores reciben acciones o participaciones de la nueva inversión a prorrata de sus participaciones en el fondo existente. De esta forma, el gestor, mediante la segregación de participaciones, puede gestionar mejor la liquidez o la valoración de los diferentes activos subyacentes. La ventaja es que el fondo que mantiene los activos «no afectados» permanece abierto a suscripciones y reembolsos, mientras que los activos «inciertos» de la nueva cartera pueden gestionarse por separado.
⁶ A veces denominados reembolsos en especie, son un mecanismo mediante el cual los fondos de inversión pueden distribuir los activos subyacentes, generalmente a prorrata entre los inversores, en lugar de pagar en efectivo, para cubrir los reembolsos. Su objetivo es evitar la venta de un bloque considerable de valores por parte del fondo para efectuar un reembolso en efectivo, evitando así costes de transacción significativos y un impacto en los precios de mercado que podrían perjudicar a los inversores restantes. Los reembolsos en especie también pueden permitir al gestor destinar una mayor proporción de la cartera a inversiones y mantener menos efectivo en reserva para financiar posibles reembolsos, ajustando mejor las inversiones subyacentes y las necesidades de liquidez.
⁷ Se refiere a un mecanismo mediante el cual los fondos de inversión pueden suspender la comercialización activa, cerrar temporal o definitivamente las suscripciones, sujeto a la legislación y regulación local. El objetivo es evitar suscripciones de mayor volumen, por ejemplo, en activos con liquidez o capacidad limitadas. Esto puede hacerse después de un período de comercialización predeterminado, si corresponde.